Las exposiciones orales son presentaciones son una tarea común en muchos cursos de la U y en general, en la vida profesional. Sin embargo, pese a ser una actividad frecuente en la vida académica, en ocasiones puede ser desafiante o generar cierta tensión.
La preparación es clave para disminuir dicha tensión, aumentar la seguridad y confianza y lograr una buena presentación. Acá te ofrecemos algunas recomendaciones que podés poner en práctica para lograr este objetivo:
Considerá el tiempo con el que contás y elaborá un guión que te permita llevar el hilo conductor de la exposición. Procurá que los contenidos sean breves, claros, simples y fluidos. Si estás haciendo una presentación virtual considerá como elemento adicional la estabilidad de la conexión.
Ensayá previamente con personas cercanas o frente al espejo y, si podés grabate, para que identifiqués cuánto tiempo tarda tu exposición, tu postura corporal, el uso de muletillas verbales o corporales, el volumen de tu voz y tu dicción al hablar. Si la exposición va a ser virtual, practicá antes al menos una vez con la herramienta que utilizarás para que te asegurés que sabés utilizarla.
Revisá la distribución del espacio donde te ubicarás durante la exposición, la iluminación del lugar, las condiciones ambientales (ej: ruido), el mobiliario que tenés cerca. Si el entorno es virtual, asegurate también del buen funcionamiento de la cámara y el micrófono, así como los ajustes técnicos de la plataforma que vas a utilizar.
Saludá al iniciar tu exposición y agradecé la atención de las personas cuando finalicés. Poné tu celular en silencio para que te concentrés en lo que vas a compartir. Esto favorecerá el ambiente de tu exposición.
Mantené una postura erguida en presentaciones presenciales o virtuales, pero permitile a tu cuerpo realizar movimientos naturales. Te podés apoyar con tus manos para darle firmeza a tus palabras o énfasis a tu mensaje. Establecé contacto visual con tu público. Si estás exponiendo virtualmente entonces visualizá directamente la cámara para dar cercanía y calidez a tu mensaje.
Centrá la atención del público en el contenido de tu exposición utilizando apoyos visuales como imágenes, videos o guías escritas que puedan seguir las personas participantes mientras exponés (“distractores positivos”). No recargués tu presentación con textos largos, sino procurá que sea atractiva, dinámica y concreta.
Sentir cierta ansiedad en presentaciones orales es natural. Sin embargo, se pueden reducir si se implementan algunas estrategias para gestionarla. Por ejemplo, es muy importante practicar previamente tu exposición en varias ocasiones, ya que esto posibilitará tener más seguridad a la hora de exponer.
Además podés realizar técnicas de respiración y relajación para reducir la activación fisiológica que puede activar la ansiedad.
Al mismo tiempo identificá si estás teniendo pensamientos negativos o en extremo autocríticos que limiten o afecten negativamente tu autoconfianza, para transformarlos en pensamientos alternativos, que destaquen tu suficiente preparación y la habilidades que tenés que son necesarias para la exposición.
Finalmente, recordá que todas las personas cometen errores de vez en cuando por lo cual es importante no autoexigirse la perfección en la presentación. Esto ayudará a reducir la presión y la ansiedad que se pueda experimentar durante la misma.
Recordá que hablar es un acto natural y que siempre estás transmitiendo mensajes. Escribí tus fortalezas y capacidades en una lista y revisalas con frecuencia; esto te permitirá incrementar tu confianza en vos.
Si querés más recomendaciones sobre este tema, podés acercarte al CASE que te corresponde.