El trastorno por déficit de atención es una condición que comprende una combinación de dificultades persistentes para prestar atención, para concentrarse y que podrÃa presentar también hiperactividad y conducta impulsiva.
Los sÃntomas del déficit de atención comienzan en la primera infancia y continúan en la adultez. En algunos casos, no se reconoce ni se diagnostica hasta que la persona es adulta. Estos sÃntomas pueden no ser tan claros en los adultos como en los niños. En los adultos, la hiperactividad puede disminuir, pero los problemas con la impulsividad, la inquietud y la dificultad para prestar atención pueden continuar.
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Algunas personas con déficit de atención tienen menos sÃntomas a medida que envejecen, pero algunos adultos siguen teniendo sÃntomas importantes que interfieren en su vida diaria.
En el caso de los adultos, algunas de las caracterÃsticas principales del déficit de atención pueden ser dificultad para prestar atención, impulsividad e inquietud. Los sÃntomas pueden variar entre leves y graves.
Muchos adultos con déficit de atención no saben que lo tienen; solo saben que las tareas cotidianas pueden resultarles difÃciles.
Algunos de los sÃntomas del déficit de atención que podrÃan alertar a un adulto de que presenta esta condición son los siguientes:
- Impulsividad.
- Desorganización y problemas para establecer prioridades.
- Escasas habilidades para administrar el tiempo.
- Problemas para concentrarse en una tarea.
- Problemas para realizar múltiples tareas a la vez.
- Actividad excesiva o inquietud.
- Escasa planificación.
- Baja tolerancia a la frustración.
- Cambios de humor frecuentes.
- Problemas para realizar tareas y terminarlas.
- Temperamento irascible.
- Problemas para enfrentar el estrés.
Casi todas las personas tienen algunos sÃntomas similares a la condición de déficit de atención algún momento de sus vidas.
Si tus dificultades son recientes o solo ocurrieron de forma ocasional en el pasado, es probable que no tengás déficit de atención.
 Si cualquiera de los sÃntomas mencionados anteriormente interrumpe continuamente tu vida, hablá con el médico acerca de la posibilidad de que presentés déficit de atención.
Diferentes tipos de profesionales de la atención médica pueden diagnosticar y supervisar el tratamiento por déficit de atención.
Buscá un profesional que esté capacitado y tenga experiencia en atender a adultos con este tipo de condición, tales como un psiquiatra, un neurólogo, un psicólogo.
La planificación del tiempo consiste en organizar las tareas en orden de prioridades, saber que se cuenta con un determinado tiempo para cumplirlas, establecer metas y objetivos y además, crear un plan de acción para lograrlas.
Creá una rutina: Identificá los momentos del dÃa en que tenés más energÃa y organizá las tareas más difÃciles o que te demanden más. Incluà actividades académicas, personales y de ocio.
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Recursos de apoyo: Investigá y utilizá las técnicas y herramientas que mejor te funcionen: agenda, planificador, calendario electrónico, pizarra, Pomodoro, Apps (Timeplanner, TimeTune, Task Agenda). Recordá que podés hacer un uso adecuado de la tecnologÃa.
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Organizá las actividades: Establecé prioridades y planificá de acuerdo a ellas. Identificá la cantidad de horas que debés estudiar cada materia según su dificultad. Hasta donde te sea posible estudiá siempre en el mismo lugar. Tené a mano todo lo que necesitás para llevar a cabo tus objetivos. Realizá un horario realista y comprometete a cumplirlo.
Evitá los ladrones del tiempo: Son todas aquellas actividades, situaciones, personas o cosas que no permiten optimizar mejor el tiempo. Pueden ser externos como las redes sociales o internos: emociones, pensamientos, falta de compromiso, falta de orden y planificación.
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Evitá procastinar: No dejés todo para el final. Dividà tareas grandes en tareas pequeñas. Tené metas y objetivos claros. Terminá las tareas que iniciaste. Aprendé a manejar el estrés.
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Elaborá y ejecutá un plan de acción: Establecé los pasos para lograr sus objetivos. Tomá en cuenta rutina y compromisos diarios. Elaborá un plan realista que permita una ejecución exitosa. Evaluá los resultados y hacé los cambios o ajustes que considerés necesarios.